viernes, 4 de abril de 2014
lunes, 17 de marzo de 2014
QUE LINDO...
Que Lindo
solo al pensar que hay
un Dios
mi alma se regocija
porque a llegado a mi
alma
esa paz y esa calma que
el mundo no la da
coro:
que lindo es su mirar
que lindo cuando Él
habla a mi alma
que bello es estar con
Él
porque estando con Él
nada me faltara
Él me ama yo le amo
tambien
y junto a Él me siento
confiado
y si tu te sientes solo
Dios te brinda ese amor
que es Cristo el salvador
coro:
que lindo es su mirar
que lindo cuando Él
habla a mi alma
que bello es estar con
Él
porque estando con Él
nada me faltara
John Alexaoder Dowie
John Alexaoder Dowie
"El apóstol de la sanidad"
Se atreverá a orar por lluvia? Si lo hace y no
llueve, entonces no es Elías. Si no lo hace, entonces
es porque tiene miedo... y eso es aún
peor."
"Finalmente el predicador cayó de rodillas detrás del
púlpito. Nunca antes la gente había escuchado sus
oraciones con tanta tensión en la espera. 'Dios, Padre
Nuestro, hemos visto el sufrimiento de esta tierra...
mírala ahora en tu misericordia, y envía la lluvia... "
"De repente, el Sobreveedor General se detuvo; luego
dijo: 'Vayan pronto a sus hogares, porque hay sonido
de abundancia de lluvia.' Y tan pronto como la
multitud se volvió para salir, la lluvia descendió en
torrentes. "
Pocos, en nuestra generación actual,
conocen el fascinante y dramático ministerio
de John Alexander Dowie. Sin
duda, este hombre logró sacudir al mundo
de principios de este siglo. Él trajo a
la vista de todos en la sociedad la Iglesia
visible del Dios vivo, especialmente
en el área de la sanidad divina y el arrepentimiento.
Sea que uno estuviera de
acuerdo con el Dr. Dowie, o no, es un
hecho que la suya es una increíble historia
de una fe inquebrantable y una poderosa
visión. La cantidad de personas
convertidas por el ministerio de Alexander
Dowie suman incontables millones.
Aunque el final de su ministerio es trágico,
rara vez ha habido una misión más
vigorosa y vital. Su ministerio apostólico cambió el mundo. De costa a costa.
por sí solo, desafió y triunfó
sobre la gran apostasía y el letargo de su época, demostrando claramente
que Jesucristo es el mismo ayer. hoy y por siempre.
Contra el ataque de religiosos hipócritas que se le oponían, publicaciones
feroces y calumniadoras, multitudes que buscaban matarlo,
y autoridades gubernamentales implacables, el Dr. Dowie mostró su
llamado apostólico como una corona de Dios, y su persecución como
un distintivo de honor.
John Alexander Dowie nació el 25 de mayo de 1847 en Edimburgo,
Escocia. Sus padres, John Murray Dowie y su esposa, que eran
cristianos, lo llamaron con nombres que, según ellos esperaban, expresaban
lo que su hijo llegaría a ser cuando creciera: "John", que significa
"por gracia de Dios", y "Alexander", que significa "que ayuda
a los hombres".
John Dowie nació en la pobreza. Habría que mirarlo con los ojos
de la fe para creer lo que el futuro le depararía a este pequeño niño.
Aunque su asistencia a la escuela fue irregular debido a las frecuentes
enfermedades, Dowie era la imagen
del niño brillante y entusiasta. Sus padres
lo formaron y lo ayudaron porque
tenían esperanza en su llamado. El joven
Dowie participaba activamente en
sus reuniones de oración y sus estudios
bíblicos. Nunca lo dejaron fuera del ministerio,
y lo amaban profundamente.
Esta seguridad del amor paterno fue un
elemento clave en sus primeros años.
A la edad de sólo seis años. Dowie
leyó la Biblia de tapa a tapa. Con una
profunda convicción nacida de su lectura.
desarrolló un intenso odio por el uso
de bebidas alcohólicas. En esa época. en
Escocia se estaba formando un movimiento
de abstinencia. y sin siquiera
darse cuenta de que la mano de Dios estaba sobre él. Dowie hizo
campaña contra el abuso del alcohol y firmó un compromiso de no
practicarlo jamás.
Dowie continuó leyendo la Biblia y acompañando a su padre tanto
como le era posible en sus viajes a los lugares donde iba a predicar.
En uno de estos viajes, conoció a un humilde predicador callejera
llamado Henry Wright. Después de escuchar el evangelio de boca
de este hombre. Dowie entregó su corazón a Jesucristo.
A la tierna edad de siete años. recibió su llamado al ministerio. Pero
aún no sabía cómo responder.
A los trece años John partió con sus padres en un viaje de seis meses
por Australia. Una vez ubicado en este nuevo país, comenzó a ganarse
la vida trabajando para su tío, que era zapatero. Pronto dejó a
su tío y comenzó a trabajar en otras lugares, siempre en puestos casi
insignificantes. Aún entonces, sus compañeros notaban que era un
joven hombre de negocios realmente extraordinario. Dowie pronto se
convirtió en asistente del socio de una firma que facturaba más de dos
millones de dólares al año.
Durante estos años de "ascensos laborales". Dios le hablaba vez
tras vez. Su corazón continuamente se sentía atraído hacia el ministerio
de tiempo completo. Dowie comprendía que había muchas verdades
en la Biblia que habían sido dejadas de lado por los religiosos de
esa época. Una de ellas, la sanidad divina, le había sido revelada a
costa de su propio sufrimiento. Dowie había sido un niño enfermizo,
y sufría de "dispepsia crónica", una severa indigestión que lo acosó
en su adolescencia. Pero después de leer sobre la voluntad divina con
respecto de la sanidad, clamó al Señor y fue "completamente liberado
de tal aflicción".! Y esta manifestación divina fue sólo una muestra
de la revelación que llegaría a su vida.
Finalmente, a la edad de veintiún años, tomó la decisión absoluta
de responder al llamado de Dios. Tomaría el dinero que había ahorrado
con su trabajo y comenzaría a estudiar con un profesor privado para
prepararse para el ministerio. Quince meses después, salió de Australia
para inscribirse en la Universidad de Edimburgo, para estudiar
en la Facultad de la Iglesia Libre. Aunque se especializó en teología
y ciencias políticas, no era considerado un estudiante modelo debido
a sus desacuerdos con los profesores y sus doctrinas. Él desafiaba sus
letárgicas interpretaciones en forma brillante. John Dowie tenía un
hambre y sed extraordinarias por la Palabra de Dios. Leía constantemente
y tenía memoria fotográfica. Esto hizo que sobrepasara largamente a sus
superiores en conceptos y exactitud.
Mientras estaba en Edimburgo, Dowie se convirtió en "capellán
honorario" de la Enfermería. Allí tuvo la oportunidad única de escuchar
a los famosos cirujanos de su época, y comparar sus diagnósticos
con la Palabra de Dios. Pero mientras los pacientes yacían sin esperanzas
bajo los efectos del cloroformo, Dowie escuchaba a estos
médicos hablar sobre sus fracasos como profesionales. Entonces fue
cuando comprendió que estos médicos no podían curar, y que su único
recurso era extraer los órganos enfermos, esperando que de este
modo los pacientes mejoraran. Dowie observó muchas operaciones
que acabaron en la muerte de los pacientes. Al oír de labios de estos
profesores de medicina la confesión de que trabajaban a oscuras, sólo
guiándose por su parecer, Dowie desarrolló una tremenda antipatía
por la cirugía y la medicina.]
Muchos, aún hoy, acusan a Dowie de condenar a toda la medicina.
Pero quisiera destacar que en esa época, la práctica de la medicina
era muy primitiva. Y él fue uno de los pocos privilegiados que pudo
ver detrás de bastidores. Fue testigo de cómo los médicos de su
época ofrecían grandes esperanzas a los pacientes, pero luego, en privado,
confesaban que no sabían nada. Veía a las pobres víctimas pagando
fortunas con la esperanza de ser curadas, para luego recibir los
peores resultados. Dowie despreciaba la falsedad, por lo que buscaba
una respuesta. Y cuando comenzó a oponerse públicamente a estos
métodos engañosos, se comprobó que sus acusaciones eran ciertas.
Mientras estudiaba en la Universidad de Edimburgo, recibió un telegrama
de su padre en Australia. Como respuesta al mismo, regresó
rápidamente a su hogar para liberarse de cualquier herencia del negocio
familiar, debido a su amor al ministerio.
Al dejar todo y regresar al hogar tan repentinamente, quedó en
grandes apuros económicos. Pero decidió que esta dificultad no sería
un obstáculo para él, y prometió que cumpliría la misión de su vida:
sería un embajador de Dios en un ministerio de tiempo completo.
Poco después, aceptó la invitación a pastorear la iglesia congregacional
de Alma, Australia. Su tarea allí se dividía entre varias iglesias.
y como era de esperarse, su osada manera de predicar hizo que la
congregación se sintiera algo incómoda. Pronto comenzó la persecución
contra él y debido a su penetrante método de ministrar, las voces
del resentimiento se hicieron oír. Dowie era un visionario, pero a pesar de sus
repetidos esfuerzos, no logró despertar a la gente de su letargo.
Aunque necesitaba el apoyo económico de la iglesia, decidió renunciar
al pastorado porque sentía que continuar era una pérdida de tiempo.
John Alexander Dowie era un reformador, un líder de avivamientos.
Esta clase de llamado hace que la persona deba ver resultados,
debido a la pasión por Dios que arde con tremenda fuerza en su interior.
Él amaba a las personas, pero su compromiso con la verdad hacía
que se concentrara únicamente en aquellas que le respondían.
Poco después de renunciar a ese pastorado, fue invitado a ser pastor
de la iglesia congregacional de Manly Beach, donde fue recibido
muy cálidamente. Pero una vez más le afectó la falta de arrepentimiento
y sensibilidad a la Palabra de Dios de parte de la congregación.
Aún así, continuó con su pastorado. Su congregación era pequeña
y le dejaba tiempo para ocuparse de sus estudios y buscar
orientación en cuanto al futuro.
Pasaba el tiempo, y Dowie sentía una inquietud constante en su
espíritu. Sabía que era un hombre que tenía una misión, pero no tenía
idea de cómo o dónde su misión se
cumpliría.
Comenzó a desear una congregación más
grande, y pronto se le abrió la oportunidad de
pastorear un grupo mayor en Newton, un suburbio
de Sydney. Así que, en 1875, cambió
nuevamente de iglesia. Aunque él no lo sabía
en ese momento, este cambio lo llevaría a la
revelación que lanzaría su ministerio a la
aclamación mundial.
Mientras pastoreaba la iglesia de Newton, una plaga mortal barrió
con la región, particularmente en los alrededores de Sydney. La gente
moría en tales cantidades que la población estaba totalmente paralizada
de terror. A pocas semanas después de haber asumido el pastorado
en su nueva iglesia, Dowie ya había oficiado más de cuarenta funerales.
La enfermedad y la muerte parecían estar esperando a la
vuelta de cada esquina. La tragedia de esta situación golpeó el corazón
de Dowie de tal manera, que comenzó a buscar inmediatamente
respuestas. Y sabía que esas respuestas estaban a su alcance en la Palabra
de Dios. Escuchemos la nota trágica en las propias palabras del
joven pastor:
"Estaba sentado en mi oficina en la Iglesia Con·
gregacional de Newton, un suburbio de Sydney, Aus·
tralia. Mi corazón estaba muy cargado, porque había
estado visitando en sus lechos de enfermedad y muerte
a más de treinta miembros de mi congregación, y
había devuelto el polvo al polvo de la tierra en más de
treinta tumbas en unas pocas semanas. ¿Dónde, oh,
dónde estaba aquél que sanaba a sus hijos sufrientes?
Ninguna oración por sanidad parecía llegar a sus oídos,
pero yo sabía que su mano no se había acortado...
A veces me parecía que podía oír la triunfante
burla de los enemigos creciendo en mis oídos mientras
yo hablaba a los deudos las palabras de cristiana
esperanza y consolación. La enfermedad, la sucia
hija de Satanás y el pecado, manchaba y destruía... y
no había un liberador.
"Y ahí estaba yo, sentado con mi cabeza hundida
bajo el peso de la pena por mi pueblo afligido, hasta
que lágrimas amargas vinieron a aliviar mi corazón
ardiente. Entonces oré pidiendo un mensaje... y las
palabras del Espíritu Santo inspiradas en Hechos
10:38 se me presentaron en toda la brillantez de su
luz, revelando a Satanás como el Opresor, y Jesús como
el Sanador. Mis lágrimas fueron enjugadas, mi
corazón se fortaleció; vi el camino hacia la sanidad...
y dije: 'Dios, ayúdame ahora a predicar la Palabra a
todos los que están muriendo a mi alrededor, y decirles
que es Satanás quien aún enferma, y Jesús quien
aún libera, porque Él sigue siendo el mismo hoy.'
"El sonido de la campanilla y varios golpes en la
puerta... dos mensajeros casi sin aliento que decían:
'Oh, venga enseguida, Mary está muriendo; venga y
ore.' ...SalÍ apresuradamente de mi casa, sin siquiera
ponerme el sombrero, corrí calle abajo, entré al cuarto
de lat dama que moría. Allí estaba, gimiendo, apretando
I,os dientes en medio de la agonía del conflicto
con el d,tstructor... La miré, y se encendió mi ira...
"Sucedió en forma muy extraña la espada que
necesitaba estaba aún en mis manos y ya nunca la
pondría a un lado. El médico, un buen cristiano, caminaba
en silencio de un lado a otro del cuarto...
Entonces SE acercó y me dijo: 'Señor, ¿no son misteriosos
los caminos de Dios?' '¡Los caminos de
Dios!... No, señor, esto es obra del demonio y es hora
de que da tmemos a Aquel que vino a destruir la
obra del diablo" .
Ofendido por las palabras de Dowie, el médico salió del cuarto.
Dowie se volvió hacia la madre de Mary y le preguntó por qué lo había
mandado llamar. LUego de escuchar que ella quería una oración de
fe, el pastor se inclinó junto a la cama de la niña y clamó a Dios. Instantáneamente
la niña se quedó quieta. La madre preguntó si su hija
había muerto, pero Dowie contestó: "No... vivirá. La fiebre se fue".'
Pronto, la jovencita estaba sentada en su cama y comiendo. Se disculpó
por haber dormido tanto y exclamó cuán bien se sentía. Y mientras
el pequeño grupo agradecía al Señor, Dowie fue al cuarto de su
hermano y su hermana, oró por ellos, y también ellos fueran instantáneamente
sanados.
A partir de ese momento, la plaga se mantuvo alejada de la congregación
de Dowie. Ningún otro miembro de su iglesia murió de la
epidemia. Y como resultado de esta revelación, surgió el gran ministerio
de sanidad de John Ale xander Dowie.
Poco después de esta natable revelación de la sanidad divina, Dowie
comenzó a pensar en la posibilidad de encontrar una esposa. Entonces
descubrió que estaba enamorado de su prima hermana Jeanie,
y que no podría ser feliz sin ella. Después de muchas discusiones y
controversias con sus familiares,
acordaron que se casarían.
Así que a la edad de 29 años, el
26 de mayo de 1876, John Dowie
se casó con Jeanie y los dos
comenzaron su increíble misión
juntos.
Su primer hijo, Gladstone,
nació en 1877. Pero Dowie se
había equivocado con respecto
de ciertas personas en asuntos
financieros, y se encontró en
grandes apuros económicos.
Así que Jeanie y Gladstone fueron
a vivir con los padres de
ella hasta que la situación pudiera
arreglarse. Obviamente esta decision causo aun mayores discordias, debido a la desconfianza
que sus padres políticos sentían por Dowie. Sin embargo, a
pesar de estas dificultades, continuó siendo un hombre con una visión
divina. En medio del caos, se aferró a la obra que tenían por delante
y escribió a su amada esposa: "...Velo el futuro mucho más
claramente de lo que puedo resolver los misterios del presente
inmediato" .
Todo ministerio tiene su futuro. Pero debemos creer en ese futuro,
o jamás daremos ese primer paso. Como Dowie, debemos decidirnos
a aferrarnos a la Palabra de Dios y luchar por lo que es nuestro en la
Tierra. Siempre habrá contratiempos, pero nosotros somos los que decidimos
si el problema será permanente..Aunque somos llamados, tenemos
aún que luchar contra males espirituales que son enviados para
destruir nuestra visión y desanimarnos. Los ángeles de Dios pueden
ayudarnos, pero la guerra por nuestro destino es una responsabilidad
personal que debemos ganar.
Durante este tiempo de pruebas, Dowie tomó la decisión sin precedentes
de abandonar la denominación a la que pertenecía. No podía comprender,
ni trabajar con el estado letárgico y frío de sus líderes.
Él ardía con la pasión de proclamar el mensaje de la sanidad divina
por toda la ciudad. Sus congregaciones habían crecido hasta más
del doble de las demás. Pero su éxito hablaba a oídos sordos, y constantemente
debía luchar contra la política y la teología de "la letra de
la ley" que amenazaba con apagar su fe.
Debido a la hostilidad que le mostraban los líderes de la denominación.
se encontraba constantemente a la defensiva. En una carta a
su esposa en la que proclama su decisión de comenzar un ministerio
independiente. Dowie escribió que el sistema político de su denominación...
"...mataba la iniciativa y la energía individual,
hacía que los hombres fueran herramientas de la de·
nominación o, aún peor, les hacía tener una mentali·
dad mundana, y los dejaba, en su mayoría, altaneros
y secos, inútiles; buenos barcos, pero mal piloteados
y terriblemente sobrecargados con mundanalidad y
apatía" .'
Dowie había llegado a darse cuenta de que era posible un avivamiento.
si se lograba despertar a la iglesia. Consideró las vastas oportunidades
que se abrían delante de él. Estudió el lado letárgico de la
iglesia. y luego estudió a los que no asistían a la iglesia. Y tomó la decisión
de que alcanzar el vasto número
de los que no asistían a la iglesia produciría
un mayor fervor por Jesucristo. Entonces
decidió dejar de trabajar entre los
cínicos. Por eso decidió que su misión
alcanzaría a las multitudes agonizantes
de las que nadie cuidaba en la ciudad,
con la revelación de que Cristo es el
mismo ayer, hoy y siempre.
En 1878, Dowie se apartó de su denominación
y consiguió el Royal Theatre
en Sydney para comenzar un ministerio
independiente. Cientos de personas
se agolpaban en el teatro para escuchar sus potentes mensajes. Pero
una vez más, la falta de fondos detuvo su tarea. Aunque el número de
personas que asistían era enorme, muchas de ellas no tenían ingresos.
La única respuesta que Dowie halló fue vender su hogar y sus muebles,
poner el dinero en la obra y mudarse a un lugar más pequeño.
Después de esto, la obra floreció. En un mensaje en el que hablaba de
su decisión, Dowie manifestó:
"Habían desaparecido mis hermosos muebles y
mis cuadros, pero en su lugar llegaron hombres y
mujeres que fueron traídos a los pies de Jesús por la
venta de mis bienes personales".
En su pasión, Dowie no había previsto la tremenda oposición que
se levantó contra él. Dowie denunciaba con vehemencia los males de
la época, y formó un grupo para distribuir literatura en toda la ciudad.
Estos panfletos provocaron una violenta persecución por gran parte
de parte de los pastores locales. Pero él continuó denunciando sin misericordia
a los líderes letárgicos, y no se ahorró palabras, respondiendo
que él "no les reconocía derecho para pedirle información
alguna sobre sus acciones, ni respetaba sus juicios". Dowie contestó
a un ministro:
"Considero que su juicio es tan débil e incapaz como
su ministerio... Desearía saber quién distribuyó estos
'repugnantes tratados' entre su rebaño; ciertamen·
te lo felicitaría por haber elegido bien el campo... "
Parte del llamado de Dowie era atacar los males morales. Una firme
posición moral generalmente va acompañada por un ministerio de
sanidad fuerte. (Gran parte de las enfermedades y dolencias son causadas
por el pecado.) Pero Dowie paralizaba a sus críticos con tal
aguda astucia, que esto los llevó a unirse y planear en secreto cómo
destruirlo. Así se preparó el escenario para la caída del aparentemente
invencible John Alexander Dowie.
Dowie era un apóstol, pero no comprendía en su totalidad ese oficio.
La unción que él tenía atravesó las teocracias religiosas de su
época. pero pocos lo comprendían. incluyendo a él mismo. Como
consecuencia. Dowie interpretó mal algunas de las facetas de la pasión
de su oficio. Una de ellas era la política.
El liderazgo de Dowie estaba creciendo en influencia en todo el
país. Viendo su potencial y conociendo su posición, la Sociedad de
Abstinencia le pidió que se postulara para integrar el Parlamento. Al
principio. Dowie se negó. Pero luego. pensando que posiblemente en
el campo de la política podría influir mucho más, cambió de idea y
entró en calTera.
Pero Dowie sufrió una terrible denota en las elecciones. Los periódicos
locales que habían sido tan dañados por su ministerio lo atacaron
sin misericordia. Los políticos y la industria de las bebidas alcohólicas
pagaron sumas siderales para verlo calumniado y derrotado.
Después de las elecciones. Dowie había herido a su iglesia y avergonzado
a su ministerio.
Dowie se movía por un anhelo espiritual tan poderoso que intentó
satisfacerlo en lo natural. Sólo puedo especular en cuanto a la razón
por la que actuó de esa manera. Podría haber sido porque la iglesia no
estaba captando la verdad con la rapidez que él hubiera deseado.
Cualquiera fuera la razón, se equivocó al interpretar el plan y los
tiempos de Dios para su ministerio.
Debemos comprender que Dios tiene un punto central a partir del
cual opera cada aspecto de nuestras vidas, ya sea individualmente o
en forma conjunta con otros. Esa área se llama "oportunidad". Según
la forma en que se maneje esa palabra, las vidas pueden avanzar en el
plan de Dios. o detenerse. Las naciones pueden avanzar, o retroceder.
La vida en el ámbito espiritual tiene un tiempo y una oportunidad, de
la misma manera que los tiene la vida natural. Por lo tanto, es muy
importante que sigamos la guía de nuestro espíritu. Debemos aprender
que no siempre es correcto pasar a la acción sólo porque parece
que es "lo que hay que hacer". Esta clase de obediencia sólo debe ser
resultado de un tiempo de oración e intercesión.
Los políticos y el campo de la política jamás han cambiado al
mundo, ya sea a través de la iglesia o del gobierno. Sólo un pueblo
cuyos corazones son cambiados por el evangelio puede transformar
las leyes y las normal civiles. Los políticos tienden siempre a ceder
para gozar del favor del pueblo en general. El oficio apostólico presenta
la Palabra del Señor; luego, depende de las personas conformarse
a ella y seguirla. Lo apostólico y lo político no se mezclan. Dowie.
con su llamado, jamás debería haberse dedicado a la política.
Mientras hacía campaña para entrar en el Parlamento, también
descuidó el mandato de predicar la sanidad divina. Simplemente se
apartó de su llamado para buscar una meta personal, pensando que
podría alcanzar a un número mayor de personas. Como consecuencia.
el resto de su tiempo en Australia fue oscuro e inútil.
Finalmente, Dowie se arrepintió, y en
1880 regresó al mensaje de sanidad divina,
lo cual le trajo grandes bendiciones
físicas y espirituales. Los dones del Espíritu
comenzaron a manifestarse en su vida,
y la revelación abundaba como mll1ca
antes. Debido a su obediencia espirituaL
miles de personas fueron sanadas
por medio de su ministerio. La persecución
también abundaba. a tal punto que
una vez. sus enemigos en el crimen organizado
planearon colocar una bomba debajo
de su escritorio. La bomba debía explotar
a altas horas de la noche. mientras
Dowie generalmente trabajaba. pero ese
día. Dowie escuchó una voz que le decía:
"¡Levántate y anda!" A la tercera vez que escuchó esa voz. Dowie tomó
su abrigo y fue a terminar su trabajo a casa. Pocos minutos después
que él llegara a salvo a su hogar. la bomba estalló bajo su escritorio,
a varias calles de distancia.
En 1888. Dowie sintió que debía trasladarse a los Estados Unidos.
y luego, posiblemente. a Inglaterra. Esta unción se hizo realidad en
junio de ese año, mientras pasaba bajo el puente Golden Gate en San
Francisco. Los periódicos publicaron la noticia de que Dowie iba hacia
América. y que gente de todas partes de California venía para ser
sanada. De la mañana a la noche. los salones se llenaban de personas
que deseaban una audiencia con él, ya que él oraba solamente por una
persona a la vez.
El reformador tenía una manera única de orar por los enfermos. Él
creía fervientemente que nadie podía ser sanado sin primero haber
nacido de nuevo y haberse arrepentido de cualquier estilo de vida que
fuera contrario al evangelio. Generalmente se indignaba si captaba
mundanalidad en alguna persona que venía para ser sanada. Como
consecuencia. al principio de su ministerio, oró por muy pocas personas
... pero aquellas por las que oraba eran instantáneamente sanadas.
Pronto Dowie comenzó a realizar cruzadas de sanidad por toda _
la costa de California. Fue en esta época que conoció a Maria
Woodworth-Etter. la gran evangelista y ministradora de sanidad.
Pero se produjo un cont1icto entre ellos. y Dowie criticó la forma de
ministrar de Maria. Personalmente. creo que esto fue un error trágico
de su parte.
En nuestras vidas tenemos muchas relaciones; algunas casuales,
otras que llegan a ser íntimas. Pero las más significativas para el reino
de Dios son las "relaciones divinas". En cada llamado, sea secular
o ministeriaL Dios nos envía relaciones divinas que ayudan a fortalecer
nuestro andar con él. Tenemos muchas relaciones casuales, pero
muy pocas son las relaciones divinas. Generalmente se las puede contar
con los dedos de una mano.
Creo que Dowie y su familia se perdieron una tremenda oportunidad
de tener una relación divina con Maria Woodworth-Etter. Pero
por alguna razón, probablemente cierto "orgullo ministerial machista"
Dowie crucificó a Etter en cada oportunidad que pudo hacerlo.
Una vez asistió a una de sus reuniones, subió a la plataforma y proclamó
que ella era una mujer de Dios. Pero luego se apartó de esa palabra
del Espíritu, y no quiso saber nada más de Maria.
El método de ministrar de Etter ponía incómodo a Dowie, porque
no lo comprendía. Pero nunca se tomó el tiempo para hablar con ella
en privado, de corazón a corazón, sobre ese tema. Su "preferencia"
por un estilo determinado de ministerio, hizo que descalificara categóricamente
a Maria. Etter también poseía una revelación de sanidad
divina. pero tenía más experiencia en trabajar con el Espíritu. Y tenía
la fOlialeza espiritual para poder hablar a la vida de Dowie. Ella podría
haberle indicado cómo vivir en el espíritu al mismo tiempo que
descansaba su cuerpo. Dowie tenía un problema en este sentido. Algunas veces
trabajaba cuarenta y tres horas seguidas. movido por su
pasión. Por medio de Maria. podría haberse hecho amigo de otras
personas de igual fe y el mismo llamado. haciendo avanzar así su propio
ministerio. Pero no lo hizo.
Como consecuencia. Dowie tuvo relaciones sólo casuales con algunos
de sus seguidores, en lugar de la clase de relación divina que
podría haber tenido con otros líderes como él.
Creo que es interesante destacar que entrevistó al gran impostor de
su época, ]acob Schweinfurth. que decía ser jesucristo. También desafió
al famoso ateo Robert Ingersoll. a una confrontación. Pero
nunca dio a la hermana Etter, siquiera la cOrtesía de una conversación.
No pierdas las relaciones divinas que puedes tener en tu vida.
Siempre habrá colaboradores. pero las relaciones divinas son pocas y
aisladas.
La persecución de varios ministros envidiosos comenzó a levantarse
furiosamente contra Dowie. Para esta época. él ya se había convertido
en un veterano en el arte de enfrentar la oposición. La persecución
hacía surgir toda su brillantez y toda su fuerza. y nunca dedicó
siquiera un pensamiento a quienes lo perseguían. a menos que estuvieran
en el camino inmediato de su misión.
Dowie recorrió los Estados Unidos y finalmente decidió establecerse
en Evanston, IIIinois. en las afueras de Chicago. Los periódicos
de Chicago lo atacaron amargamente. llamándolo falso profeta e impostor,
y declararon con osadía que no era persona deseable en esa
ciudad. Pero ninguno de sus ataques hizo retroceder a Dowie. quien
permaneció allí donde había elegido estar. y ministraba dondequiera
que se sentía llamado a ir.
Cierta vez. mientras hablaba en una convención sobre sanidad divina
en Chicago. fue llamado a orar por una mujer que estaba mLlriendo
de un tumor fibroide. En ese momento. Chicago era la segunda
ciudad más grande de los Estados Unidos. Había fuertes influencias
espirituales malignas dominando la ciudad. y Dowie estaba muy interesado
en establecer su base allí. Por eso. tomó el pedido de sanidad
de esta mujer como una prueba sobre si debería o no comenzar
una obra en ese lugar. El tumor era. según decían. del tamaño de un
coco, y había crecido en varios lugares de su cuerpo. Cuando DOwie
oró por la mujer. ella fue sanada inmediatamente. Fue una sanidad tan
extraordinaria que varios periódicos de Chicago dieron la noticia.
Ahora DOwie estaba convencido. así que estableció la sede mundial
de su ministerio en esta ciudad. A sus enemigos no les causó
demasiada gracia. pero a Dowie eso no
le importó.
La Feria mundial sería inaugurada en
unos pocos meses. así que que Dowie
construyó una pequeña "choza" a sus
puertas. En lo alto de la choza. llamada
"Tabernáculo de Sión". había una bandera
que decía "Cristo es todo". Allí se hacían
reuniones día y noche. Aunque en
sus comienzos la asistencia era escasa.
fue creciendo regularmente. y poco tiempo después, la gente tenía
que quedarse de pie fuera de la estructura. en la nieve. para poder espiar
las milagrosas sanidades que se producían allí.
Como había sucedido antes en Australia. Dowie se había abierto
las puertas de la ciudad de Chicago a través de la sanidad divina.
Nunca antes. ni después que él. un hombre ha atrapado de tal manera
a una ciudad. Aún así. vivió la lucha de su vida en esos primeros
años. Él demostraba la Palabra de Dios con todo poder, y al hacerlo,
los profesionales médicos y las iglesias sufrían estragos en sus ingresos.
Así que los periódicos formaron rápidamente una lista de aliados,
incluyendo ministros. que se dedicaron a tratar de detener su ministerio
por todos los medios posibles. Pero nadie podía manchar su ministerio.
Para desconsuelo de sus rivales, los artículos y las calumnias
que se publicaban sin cesar sólo lo hacían crecer más.
Para este entonces. cientos de personas inundaban la ciudad de
Chicago para asistir a las reuniones de Dowie. Como consecuencia,
era difícil conseguir hospedaje; así que Dowie abrió varias casas
grandes para alojar a estas personas, llamadas "Hogares de sanidad".
Aquí. los enfermos que habían venido por sanidad podían encontrar
refugio y descanso entre los cultos que se desarrollaban en el "Tabernáculo
de Sión". Una vez que estaban allí. podían recibir ministración
constante de la Palabra hasta que su fe llegaba al punto de la manifestación total.
Pero los periódicos, especialmente el Chicago Dispatch,
los atacaban sin misericordia, y llamaban a estos hogares "asilos de
lunáticos", además de imprimir todas las mentiras imaginables.'"
Gracias a la existencia de estos hogares de sanidad. los enemigos
de Dowie pensaron que habían hallado un punto vulnerable en su ministerio.
Por eso, a principios de 1895, lo hicieron anestar por "práctica
ilegal de la medicina". Lo cual era obviamente falso. ya que él
hubiera sido la última persona en permitir que se practicara medicina
en sus hogares. Dowie contrató un brillante abogado, pero este sólo
lo aconsejaba en temas legales. Por tanto, decidió representarse a sí
mismo en la corte, ya que nadie podría expresar su llamado en forma
tan exacta como él mismo.
El intelecto superior de Dowie no fue suficiente para contranestar
el maligno dominio que pesaba sobre la corte. A pesar de sus profundos
argumentos, la corte le impuso una multa. Pero nunca soñaron
que él Jlevaría el caso a un tribunal superior. lo cual costó mucho más
dinero que lo que ellos le habían impuesto en multas. Dowie lo hizo
y el tribunal superior denunció el mal en que había incunido el tribunal
inferior, y revirtió la decisión.
La ciudad esperaba que Dowie se desalentara si continuaban
anestándolo y aplicándole multas. Por eso. antes que terminara ese
año, lo habían anestado cien veces. Aunque la persecución era terrible,
Dowie nunca perdió el ánimo. La persecución le daba más fuerza
a su carácter. En realidad. las aflicciones y los interrogatorios a que
lo sometían sus perseguidores hacían surgir lo mejor de sí mismo.
El mal siempre tratará de perseguir el bien de Dios. Pero John
tenía una seguridad sobrenatural y estaba anclado firmemente en su
autoridad divina. Lo sobrenatural nunca se inclina ante lo natural.
Después de intentar sin éxito derrotarlo por medio del sistema legal,
los enemigos de Dowie se complotaron para quitarle sus privilegios
postales. En 1894, el boletín publicado por él. Hojas de sanidad.
se distribuía semanalmente a todo el mundo. Este boletín estaba lleno
de enseñanzas y testimonios de sanidad. Obviamente. era algo
muy especial para Dowie. quien siempre hablaba con cariño del mismo
y lo llamaba "palomita blanca".
Coherente consigo mismo. Dowie nunca ahorraba palabras en sus
escritos, denunciaba fervientemente el pecado y exponía las industrias
malignas. Y quienes más sufrían a causa de su publicación lo
vieron como una nueva oportunidad de terminar con su ministerio.
Hojas de sanidad también advertía a sus lectores sobre las denominaciones
letárgicas y controladoras.
La gente disfrutaba de la charla directa y cargada de dramatismo
de Dowie. Muchos deseaban decir esas mismas cosas, por lo que lo
consideraban su voz. Aun aquellos que lo despreciaban leían su boletín
para ver qué tenía que decir. Por esto, la circulación de la publicación
crecía rápidamente. Gran parte del apoyo a su ministerio se atribuía
a esta publicación.
El Jefe de Correos de Chicago era un devoto católico, así que los
enemigos de Dowie le mostraron uno de sus sermones en que atacaba
la infalibilidad del Papa, para que le quitara sus privilegios postales.
Inmediatamente, el jefe se sintió ofendido y retiró los privilegios
para correspondencia de segunda clase de que gozaban los envíos de
Dowie. con lo cual lo obligaba a pagar catorce veces el precio usual.
Pero nadie podía vencer a Dowie. Él pagó el precio requerido y
solicitó a sus lectores que escribieran a Washington DC quejándose
por esta injusticia. Sus seguidores hicieron sentir su peso, e inmediatamente
se le otorgó a Dowie una audiencia con el Jefe General de
Correos en Washington. Una vez que Dowie le contó su historia y le
mostró las mentiras maliciosas que imprimía el periódico de Chicago,
el gobierno de los Estados Unidos denunció tanto al editor como
al periódico. En realidad, para 1896, este editor en particular, que era
uno de los mayores perseguidores de Dowie, fue enviado a la cárcel
por otra acusación, y se convirtió en un espectáculo público. Estaba
arruinado para siempre.
Mientras estaba en Washington, a Dowie se le otorgó una audiencia
con el presidente William McKinley. Dowie le aseguró que oraría por
él mientras estuviera en su cargo y el presidente se lo agradeció cálidamente.
Mientras salía de la Casa Blanca, Dowie comentó a sus colaboradores
que temía por la vida de McKinley. Luego pidió a sus seguidores
que oraran por la seguridad del presidente, ya que este no tenía suficiente
protección. P A pesar de las advertencias proféticas de Dowie,
el presidente McKinley fue atacado con un arma de fuego en Buffalo,
Nueva York, e16 de setiembre de 1901, y murió ocho días después. Fue
el tercer presidente de los Estados Unidos que murió asesinado.
A fines de 1896, Dowie había ganado gran influencia sobre la ciudad
de Chicago. Sus enemigos estaban muertos, en la cárcel. o guardaban
silencio. La policía local, que lo había anestado cien veces. era
ahora su amiga, y conía a protegerlo apenas fuera necesario. Las autoridades
políticas, incluyendo al intendente, habían sido votadas por
la gente de Dowie. La sanidad divina se predicaba en cada esquina.
John había dividido los distritos de la ciudad. y había enviado
equipos llamados "Los setenta". que proclamaban el evangelio
en cada área.
Pronto. apenas había alguna persona
en Chicago que no había escuchado el
mensaje del evangelio. Ahora. cada semana,
Dowie oraba para que miles de
personas recibieran la sanidad divina.
Sadie Cody. sobrina de Buffalo Bill
Cody. fue milagrosamente sanada luego
de leer un ejemplar de Hojas de Sanidad.
Entre otras notables sanidades se cuentan las de Amanda Hicks.
prima de Abraham Lincoln: la Dra. Lillian Yeomans: el Rev. F.A.
Graves; la esposa de John G. Lake. y la esposa de un congresista de
los Estados Unidos.
Por medio de su manto apostólico. John Alexander Dowie literalmente
gobernaba la ciudad de Chicago para Jesucristo. Alquiló el auditorio
más grande de Chicago por seis meses. y mudó el gran Tabernáculo
de Sión a este edificio. Los seis mil asientos se llenaban en cada
culto.
Ahora Dowie podía, finalmente. proseguir con el sueño que hacía
tiempo tenía en su corazón: organizar una iglesia sobre los principios
apostólicos. El deseo de toda su vida había sido regresar a las enseñanzas
y los fundamentos de la iglesia primitiva que se encontraban
en el Libro de los Hechos. Esta obra se llamó "Obra Católica Cristiana",
en la cual la palabra "Católica" significaba "universal". sin conexión
alguna con la Iglesia Católica Romana.
Él jamás permitiría que su iglesia fuera conocida como" algo nuevo".
La consideraba una "restauración" de los principios que el cuerpo
de Cristo había perdido. Su teología era buena en el sentido de que
advertía que si algo era "nueyo". entonces era "falso". En pocos años,
la Iglesia Católica Cristiana se había multiplicado y tenía decenas de
miles de miembros.
Creo. sin duda alguna. que los cinco ministerios que menciona
Efesios 4 están viYOS y actiyos hoy . El oficio apostólico
no terminó cuando los primeros doce apóstoles murieron. Tampoco
permitió Dios que su plan para la iglesia muriera cuando la carne
de los apóstoles pereció. Los principios de su nuevo pacto deben
continuar hasta el regreso de Cristo. No están limitados por las ideas
humanas ni por su teología: y las promesas de Dios no se terminan
cuando los hombres se ponen nerviosos. Ha habido muchos más que
los doce apóstoles originales. y hay hombres que en la actualidad aún
son llamados a ese oficio.
Efesios 2:20 dice que los fundamentos de la iglesia están basados
en los apóstoles y los profetas. con Jesucristo mismo como piedra angular.
El oficio de apóstol trae consigo gran autoridad, y creo que
Dios. soberanamente. elige y equipa a quienes desea para ese puesto.
Pero siempre ha faltado conocimiento en lo relativo a la administración
de ese oficio. Creo que Dowie fue llamado soberanamente y
equipado como un apóstol. Y no creo que su ministerio haya fallado
porque él aceptó ese llamado apostólico. Sí creo que a causa de su falta
de conocimiento y comprensión, se equivocó al interpretar la forma
en que este oficio operaba espiritualmente. Y creo que esto, en sí,
fue la principal deficiencia que hizo que utilizara mal su autoridad.
Durante la época en que la iglesia de Dowie se estaba estableciendo.
se produjeron ciertos hechos muy interesantes. Este período ha sido
llamado "los años dorados" de Sión. Los tres años siguientes fueron
tranquilos. prósperos y de gran influencia. Fue entonces que Dowie
hizo sus planes secretos para una ciudad muy especial.
Sabiendo que tal esfuerzo provocaría curiosidad, Dowie distrajo la
atención de las multitudes declarando una "guerra santa" y anunció
un mensaje próximo que llevaría por título "Médicos. drogas y demonios".
El mensaje fue anunciado durante semanas y causó no poco revuelo.
Entonces, mientras sus enemigos estaban distraídos por todo
esto, Dowie secretamente contrató algunas personas que fueran a observar
unas tierras a unos setenta kilómetros al norte de Chicago. para
construir una ciudad. Cuando ellos encontraron seis mil seiscientos
acres sobre el Lago Michigan, Dowie se disfrazó de vagabundo
para no ser reconocido, y recorrió el terreno. Antes que sus enemigos
pudieran descubrir lo que estaba sucediendo, el telTeno había sido
comprado y ya se estaban haciendo planes decisivos para construir la
ciudad de Sión. en Illinois.
Dowie reveló los planes de construcción de Sión en la Vigilia de
Año Nuevo. ello de enero de 1900. Cuando inició la Asociación de
Inversiones Inmobiliarias Sión. tanto sus seguidores como el mundo
secular elogiaron su capacidad para hacer negocios. Se hicieron subdivisiones
y comenzó la construcción. La tierra no se vendería. sino
que se daría en alquiler durante un período de mil cien años. Los términos
de este "alquiler" prohibían estrictamente la posesión y el uso
de tabaco, licor. y carne de cerdo dentro de los límites de la ciudad."
Dos años después, ya había casas completamente edificadas y la ciudad
estaba tomando forma.
Aunque su "utopía moral" parecía florecer. quienes estaban más
cercanos a Dowie notaron un cambio. En Sion estaban comenzando
a surgir problemas. Ya no había tiempo para predicar la sanidad divina
porque Dowie tenía todos sus esfuerzos concentrados el~ dirigir la
ciudad. Él se había nombrado a sí mismo Sobreveedor General de la
ciudad. El gobierno de la misma debía estar absolutamente en sus manos.
Astutamente, comenzaron a surgir problemas y más problemas
que lo apartaban del mandato original de su ministerio.
Durante este tiempo. algunos ministros se acercaron a Dowie proclamando
que él era el Elías que la Biblia anunciaba. Al principio.
Dowie, sanamente. rechazó ~us afirmaciones. Pero esas palabras siguieron
sonando en sus oído~•. Luego. después de un tiempo. Dowie
mismo dijo que una voz parecía decirle: "Elías tiene que venir... y
¿quién está haciendo la obra de Elías. sino tú?
Finalmente. Dowie se había apartado tan tristemente del plan de
Dios para su vida. que aceptó las sugerencias de algunos seguidores
y las proclamó como verdaderas. creyendo
que él era Elías. Hasta llegó a
creer que estableciendo otras ciudades
como Sión a las pue11as de cada ciudad
importante de los Estados Unidos. podría
eventualmente reunir el dinero necesario
para construir cerca de Jerusalén.
Su plan era comprar a los turcos. los
musulmanes y los judíos. para poder tomar
Jerusalén para Cristo. de manera
que el Señor pudiera establecer su ciudad
para el reinado del milenio. Dowie
estaba totalmente engañado. Pronto su
predicación se deterioró al punto que sólo atacaba a sus enemigos.
También" disertaba" sobre puntos de vista de política mientras exhortaba
a sus seguidores a invertir más en la obra de la ciudad. 's No aceptaba
consejos de nadie. excepto en temas menores. Y quitó todas las
restricciones que podían haber puesto freno a su poder o haber sido
obstáculo para sus planes.
Lo que una veZ fuera una batalla en la persecución contra la Palabra
de Dios se había conve11ido en una guerra personal para mantener
el nivel de la influencia personal de Dowie. La persecución por
ser un hombre de Dios había sido la que había activado el manto de
su oficio apostólico. pero ahora estaba luchando para mantener su
propia influencia y su éxito personal. Y eso lo destruyó.
Un ejemplo tristemente claro de la vanidad de Dowie en esta área
fue lo que sucedió en la llamada "visitación de Nueva York". El Dr.
Buckley. obispo de la Iglesia Metodista y editor de su periódico denominacionaL
pidió una entrevista con Dowie. Éste le otorgó una audiencia
y pensó que lo había persuadido totalmente de que creyera
sus afirmaciones. Pero no era así. Según el artículo que luego Buckley
escribió en su periódico, Dowie estaba "en la tierra fronteriza de
la locura. donde algunas veces se han originado grandes movimientos
de duración limitada." También
agregaba: "Lo crea o no.
[Dowie] no es más que un nuevo
impostor. " Enfurecido, Dowie
alquiló el Madison Square
Garden y, aun con grandes esfuerzos
económicos. hizo los
arreglos necesarios para que
ocho trenes transportaran a miles
de sus seguidores a Nueva
York. Una vez allí, planeaba
hacer una demostración abierta
de las fuerzas de ambos, [Buckley
y él mismo] para demostrar
el poder que aún tenía. Lo
que una vez había sido inspirado por la dirección divina de
Dios, ahora quedaba reducido a
una iniciativa solamente de Dowie, Fue algo hecho totalmente en la
carne. Dowie reaccionó frente a una herida y al dolor emocional que
esta le provocaba, y estaba decidido a vengarse.
El acto fue un fracaso estrepitoso. Aunque miles de personas
acompañaron a Dowie, miles más vinieron con un plan diferente en
mente. Llenaron el Garden, pero cuando Dowie subió a la plataforma
para hablar, comenzaron a salir por decenas, La escena confundió terriblemente
a Dowie y le impidió hablar como había planeado hacerlo
originalmente. En general, la ciudad de Nueva York ni siquiera tenía
idea de que había tenido lugar esta reunión. Fue como si Dios hubiera
silenciado los periódicos por misericordia para con su siervo.
Para este entonces, la ciudad de Sion estaba en quiebra. Dowie
buscó entonces la manera de escapar iniciando un carísimo viaje por
todo el mundo, durante el cual en muchas ciudades le negaron la
bienvenida. Durante este viaje, su tren llegó a Pomona. California.
Había habido una grave sequía en la tierra, y no había llovido durante
ocho meses. Por lo tanto, los reporteros provocaron a Dowie. recordándole
que Elías había orado en un tiempo de sequía en IsraeL y
a consecuencia de ello había llovido. Si él era Elías, seguramente podría
hacer lo mismo por California. Dowie oró verdaderamente pidiendo
lluvia al final del culto. y antes que la multitud comenzara a
dispersarse. la lluvia caía a tOrrentes.
Al salir de California, Dowie planeó un viaje a México, donde establecería
la "plantación Sión". Esperaba que esta nueva empresa pagara
las deudas de la anterior. Pero sus seguidores, quebrados económicamente
y desilusionados, lo habían abandonado. No podían evitar
ver que ellos mismos habían empobrecido, mientras Dowie vivía en
el otro extremo. daba fiestas fastuosas y se iba de viaje por todo el
mundo.
Algunos dicen que Dowie construyó su propia ciudad porque estaba
cansado de las persecuciones. Pero en mi opinión personal, no
creo que sea así. Aunque era grandemente ungido y enviado por
Dios. aparentemente tenía debilidad por el poder y el éxito. Él mismo
manifestaba:
"Para ser un apóstol, no es cuestión de elevarse,
sino de ponerse por debajo... no creo haber alcanzado
la profundidad suficiente para una verdadera humildad...
para negarme a mí mismo verdaderamente
y borrarme de la superficie, lo suficiente como para
practicar el elevado oficio de un apóstoL.. "
Jesús nunca nos ordenó que construyéramos comunidades: Nos
ordenó "¡Id!". no "protegeos". La comunidad que vemos en el Libro
de los Hechos tampoco duró demasiado tiempo (Hechos 2:44-47;
5: 1-10). La persecución golpeó al grupo, que se dispersó por todas las
regiones de la Tierra (Hechos 8: 1). ¿Por qué? Para que pudiera cumplirse
la Gran Comisión de Mateo 28: 19-20. Debemos ser luces del
mundo y penetrar en las tinieblas de Satanás. Si nos quedamos todos
juntos. protegiéndonos unos a otros, no llegaremos a cumplir la tarea.
La mayor prueba de un líder no es la persecución, aunque muchos
caen en ella. Creo que una de las más grandes trampas se presenta bajo
la apariencia del poder y el éxito. Nunca debemos pensar que "lo
logramos" y comenzar a dictar a partir de nuestro poder personal como
consecuencia del éxito que Dios nos ha dado. El éxito trae consigo
una multitud de caminos y empresas. Si nos atrapa alguna de las
numerosas avenidas que surgen del éxito y no desarrollamos nuestra
tenacidad espiritual, podemos caer víctimas del "torbellino". No podemos
tener paz con el pasado utilizando el poder del presente. Con
cada nueva altura. debemos desarrollar
una nueva tenacidad. Es por eso que algunas
iglesias crecen hasta un determinado
niveL y luego se vuelven "cómodas".
o caen. Los líderes se ocupan demasiado
en las "avenidas" y pierden el
tiempo y la energía que deberían dedicar
a desanollarse a sí mismos y a sus
miembros para nuevas alturas en Dios.
Cuando obedecemos a Dios. tendremos
éxito. Por eso. ¡nunca temas al éxito!
Pero para adri1inistrarlo correctamente.
debemos mantenernos en la fortaleza
del Espíritu, escuchando atentamente
para seguir su dirección: no la
nuestra. Sólo con la fortaleza del Espíritu
y teniendo hambre de Dios podremos
continuar en el camino que Dios ha hablado.
como pioneros hacia el próximo
nivel.
Dowie se proclamó poco después Primer Apóstol de una iglesia
renovada de los últimos tiempos, renunció a su apellido. y comenzó
a firmar documentos con el nombre de "John Alexander. Primer
Apóstol". No mucho después de este "autonombramiento". sufrió un
ataque en la plataforma, mientras predicaba su último sennón. Mientras
estaba fuera de la ciudad, recuperándose, la ciudad de Sión se
reunió en asamblea para votar la expulsión de Dowie.
Dowie luchó contra esta decisión con sus últimas fuerzas. pero no
logró retomar su puesto. Se le permitió vivir sus últimos días dentro
de la Casa de Siloé, su hogar durante muchos años. y murió el 9 de
marzo de 1907. Su muerte fue documentada con estas palabras por el
juez V. V. Barnes:
".. .la última noche que John Alexander pasó en esta Tiena. estaba
una vez más en el espíritu, sobre la plataforma. hablando a la multitud
de su gente. Esa noche predicó pensando que exponía los principios del
evangelio a miles de personas. Mientras enseñaba las mismas
viejas verdades... cayó otra vez en un sopor, despertando de tanto en
tanto para continuar con la dispensación del viejo mensaje del evangelio.
La última canción que cantó. mientras la luz del día comenzaba
a asomarse. fue: "Soy un soldado de la cruz". Entonces ellos prestaron
atención para escuchar su última frase, y él dijo: 'Ha llegado el
milenio: regresaré por mil años'. Estas fueron las últimas palabras
que habló. la última frase que pronunció".'
¿Cómo pudo una gran vida como esa acabar tan tristemente?
¿Existe alguna respuesta? Una vez más, creo que la respuesta se encuentra
en una mala interpretación de los principios espirituales.
Dios había asignado a Dowie a la ciudad de Chicago, y él la conquistó.
Mientras vivió en esa ciudad, y llevó a cabo la tarea que Dios
le había ordenado. los principados y las potestades no pudieron tocarlo.
Pero Dowie. aparentemente, salió de Chicago movido por su propio
deseo de poder. y de esa manera dio al diablo la libertad de destruir
su vida. Cuando dejó la ciudad a la que había sido llamado, el
enemigo mató la influencia que él tenía en todo el mundo por medio
del engaño. mató a un miembro de su familia, destruyó su matrimonio.
y destruyó a Dowie mismo. con "toda clase de enfermedades"
que comenzaron a afectar su cuerpo.";
Debemos quedarnos con el plan original que ha sido ungido por
Dios para nuestras vidas. y permitir que sea él quien abra los caminos
necesarios para administrarlo. Quizá Dowie debería haber construido
iglesias e institutos bíblicos en lugar de construir una ciudad. Ese camino
habría impulsado a miles de personas al ministerio a través de
su influencia como hombre de Dios.
Dowie se fue en paz. para estar con el Señor. Quienes estuvieron
con él en el final dijeron que había regresado a la fe de sus primeros
años. Muchos incluso testifican que se había conveltido en un hombre
suave y amoroso que actuaba como si se hubiera quitado un tremendo
peso de encima. Y la ciudad de Sión, Illinois, permanece hasta
la actualidad, pero el liderazgo está dividido entre muchos hermanos...
"...porque no existe una sola persona que pueda ocupar por
completo el lugar del Dr. Dowie".
Gordon Lindsay. biógrafo oficial de John Alexander Dowie y fundador de Cristo
para las Naciones en DalIas, Texas, describió el ministerio
de Dowie como "la más grande lección objetiva en la historia
de la iglesia. " En cuanto al ministerio, su vida estuvo llena de
detalles vívidos e instructivos. Las lecciones que podemos aprender
no tienen intención de degradar ni criticar de ninguna manera a este
gran hombre de Dios. Debemos separar sus problemas personales del
llamado de Dios.
John Alexander Dowie pasó a la historia como un impostor, pero
fue un genio llamado por Dios. Aun en medio de su error, profetizó
la venida de la radio y la televisión en nuestra generación. Tuvo sus
fracasos, pero de su influencia surgieron
grandes hombres de Dios. Su ministerio
produjo a John G. Lake. el gran apóstol
de Sudáfrica: F. F. Bosworth y su hermano
B. B. Bosworth. cuyas campañas de
sanidad tocaron a millones y millones de
personas: Gordon Lindsay, cuya vida y
ministerio dieron inicio a la gran universidad
interdenominacional Cristo para
las Naciones, en DalIas. Texas: Raymond T. Richey. que condujo cruzadas
de sanidad; y Charles Parham. el "padre de Pentecostés". cuyo
instituto bíblico en Topeka. Kansas, fue utilizado como puerta de entrada
para un nuevo mover del Espíritu Santo. Muchos otros de sus
seguidores han tenido grandes ministerios radiales y obras misioneras
llenas de poder.
Sin duda, John Alexander Dowie logró hacer que la Biblia cobrara
vida para millones de personas. Fue un instrumento usado por Dios
para restaurar las claves de la sanidad divina y la revelación del arrepentimiento
a una generación tibia y aletargada. Si existe una moraleja
en el mensaje del fracaso de su vida. es esta: Nunca te apartes de
lo que Dios te ha llamado a hacer en la Tierra. No importa cuál sea tu
edad, tu generación no ha pasado hasta que salgas de la Tierra para
entrar al cielo. Así que, si Dios te ha encomendado cumplir una comisión,
haz que ella sea tu prioridad absoluta durante toda tu vida
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